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Coach scolaire et conseillère d'orientation certifiée

Acompañar a Nuestros Hijos de Manera Humana: Más Allá de las Buenas Calificaciones

A veces, como padres, nos preocupamos tanto por las calificaciones y el rendimiento escolar de nuestros hijos que olvidamos algo esencial: su bienestar emocional. Claro, es importante que les vaya bien en la escuela, pero ¿qué pasa cuando nuestros hijos están lidiando con algo más profundo que no siempre vemos a simple vista?

Quizás tu hijo no te lo diga, pero una pelea con su mejor amigo, problemas en una relación amorosa o la presión de los exámenes pueden estar afectándolo más de lo que imaginas. Y aquí estamos nosotros, recordándoles que estudien más, que saquen mejores notas, sin darnos cuenta de que esa presión extra puede ser lo último que necesitan.

¿Qué es lo que realmente está pasando?
A veces, en el ajetreo de la vida diaria, es fácil pasar por alto lo que nuestros hijos realmente están sintiendo. Tal vez su rendimiento escolar ha bajado un poco, y lo primero que hacemos es preguntar: « ¿Qué pasó con tus notas? ». Pero, ¿alguna vez nos detenemos a pensar si esa baja puede deberse a algo más? ¿Cómo se sienten? ¿Qué les preocupa? El estrés, las amistades, el primer amor… todos esos pequeños grandes problemas de la adolescencia pueden afectarlos de maneras que no siempre entendemos.

Escuchar más y hablar menos
Es fácil caer en el « sermón » como padres, pero a veces, lo que nuestros hijos más necesitan es que simplemente los escuchemos. No para darles un consejo, no para decirles qué hacer, sino para que sepan que estamos ahí, que sus problemas importan. Un « ¿cómo te sientes? » puede abrir la puerta a conversaciones que realmente importan, mucho más que un « ¿cómo te fue en el examen? ».

El equilibrio entre el apoyo y la presión
No es que no queramos que se esfuercen en la escuela, claro que sí. Pero también necesitamos ser conscientes de la carga emocional que ya están llevando. Tal vez, en lugar de agregar más presión, podemos ayudarles a encontrar un balance, recordarles que está bien pedir ayuda, que no tienen que ser perfectos todo el tiempo.

Momentos que cuentan
A veces, el simple hecho de estar ahí, de crear un espacio seguro donde puedan hablar sin miedo a ser juzgados, es todo lo que necesitan. Dedicarles tiempo, aunque sea solo un ratito para sentarnos a charlar o hacer algo juntos, puede hacer una gran diferencia. Nos da la oportunidad de notar esas señales que quizás, entre tanta prisa, se nos están escapando.

Una invitación a reflexionar
Al final del día, lo que más queremos como padres es que nuestros hijos sean felices y estén bien. Pero ese bienestar no siempre se mide con un boletín de notas. Acompañémoslos desde el cariño, la comprensión, y sobre todo, con paciencia. Porque, al final, lo más importante no es cómo les va en la escuela, sino cómo se sienten y cómo los estamos acompañando en ese viaje.


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